PIRLADAS

domingo, abril 20, 2008

La cíclica polémica entre Cajal y Golgi

Aunque ambos compartieron el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1906, Santiago Ramón y Cajal (arriba) y Camilo Golgi (abajo) no fueron precisamente amigos. La técnica de tinción desarrollada en la cocina de Golgi en el Hospital de la Misericordia, cerca de Pavía (norte de Italia) revolucionó el campo de la neurociencia en tanto en cuanto hizo posible distinguir detalles de las estructuras neuronales que constituian nuestro tejido nervioso. Son muchos los científicos actuales que opinan que de hecho la visualización de estos tejidos constituyó un paso de gigante en las investigaciones en el campo de la neurociencia y se adelantó varios años a los modelos funcionales que se especulaban en aquellos tiempos. Por supuesto la revelación de estructuras bien definidas en el cerebro (por ejemplo en el cerebelo) con capas y tipos de neuronas bien diferenciadas causó mucha polémica y durante algún tiempo otros científicos incapaces de reproducir las características de la tinción de Golgi llamaban despectivamente a su técnica “el agua mágica de Pavia“.

La técnica de tinción hizo posible que científicos como Golgi y Cajal pudieran describir los tejidos nerviosos tras una cuidadosa observación al microscopio. Y fue en esta labor de exploración y descripción donde surgió una polémica que aún hoy día se mantiene en auge. Golgi interpretó las estructuras nerviosas que veía como parte de un solo sistema contínuo (parecido al sistema vascular) a través de cual fluían líquidos y sustancias. Por otro lado Cajal sostenía que el tejido nervioso estaba compuesto por células independientes conectadas entre ellas en puntos muy concretos, pero en todo caso manteniendo su independencia como células.

El punto álgido de esta polémica se manifestó durante el discurso del Premio Nobel de 1906, en Estocolmo (Suecia): Cajal basó su intervención sobre la defensa y demostración de la validez del neuronismo mientras que Golgi se mantuvo, reacio, en la defensa de las antiguas teorías reticularistas. Años más tarde Cajal criticaría la actitud cerrada y según él, anticientífica de Golgi en su libro Recuerdos:

"No he comprendido jamás a esos extraños temperamentos mentales, consagrados de por vida al culto del propio yo, herméticos a toda novación e impermeables a los incesantes cambios sobrevenidos en el medio intelectual. Es más: no acierto a concebir tampoco la utilidad positiva de semejante egocentrismo. Porque todos están en el secreto y saben a qué atenerse. Para que, dentro de lo humano, semejante actitud fuera personalmente provechosa, fuera preciso que el progreso se paralizara, que los sabios renunciaran al privilegio de la crítica y que el nivel mental de los investigadores descendiera tan bajo, que el talento ensoberbecido, en virtud de sugestión irresistible, impusiera dogmáticamente a todo el mundo sus visiones personales. Mas como imaginar todo esto es desposarse con el absurdo, no concibo, repito, a menos de apelar a la psiquiatría en busca de expresiones adecuadas, la psicología de los susodichos temperamentos. ¡Cruel ironía de la suerte, emparejar, a modo de hermanos siameses unidos por la espalda, a adversarios científicos de tan antitético carácter."

El tiempo ha hecho que Cajal haya pasado a la Historia como el que tenía razón. Las neuronas son células independientes que conectan con otras células a través de lo que ahora llamamos sinapsis. Además la conexión entre neuronas es un proceso complejo mediado por neurotransmisores y es precisamente en la plasticidad de estas conexiones donde se esconde la capacidad de sistema nervioso para adaptarse, aprender y extraer conocimiento.

Tristemente, estas polémicas entre científicos herméticos y renovadores continúan ocurriendo hoy en día, con otros nombres y apellidos, en esta y en otras disciplinas.