El enigma Turing
Así pues, tras la derrota del poder hitleriano, el Reino Unido, y de hecho el mundo entero, tenían motivos muy importantes para estarle profunda y sinceramente agradecidos al brillante matemático. Su país le condecoró como Oficial de la Orden del Imperio Británico (OBE) en 1945, pero durante años se mantuvo en secreto, por razones de seguridad, el trabajo que había realizado para el Foreign Office. Después de la guerra Turing realizó un importante trabajo en la Universidad de Manchester en las disciplinas, entonces aún en sus inicios, de la computación, la inteligencia artificial y la cibernética.
En 1952, sin embargo, ocurrió la catástrofe. Turing llegó un día a su casa y descubrió que, en su ausencia, alguien había entrado a robar, por lo que acudió entonces a la Policía para denunciar el hecho. Lo parádojico fue que como consecuencia de la investigación policial, él mismo terminó acusado de “indecencia grave y perversión sexual”. Se descubrió entonces que Turing había mantenido una relación con un joven de 19 años, al que conocía desde hacía poco tiempo, y que estuvo implicado en el robo; aparentemente, fue este mismo joven el que posibilitó al ladrón la entrada al domicilio del matemático. Así que Turing fue condenado por haber llevado a cabo prácticas homosexuales, y el Estado le dio a escoger entre la cárcel y una especie de castración química. Turing optó por la segunda. Durante un año le inyectaron estrógenos para “reducirle la libido”, y lograron volverlo impotente y que le creciesen pechos similares a los de una mujer. Su imagen pública había quedado totalmente arruinada. Turing había sido humillado públicamente por el Estado, y llevaba en su cuerpo las marcas de su vergüenza.
El 8 de junio de 1954 su asistenta lo encontró muerto en su cama; a su lado, sobre la mesilla, una manzana a medio comer. Un par de semanas más tarde hubiese cumplido 42 años. Se estableció que había muerto envenenado por cianuro, supuestamente inyectado en la manzana; oficialmente, la muerte de Alan Turing fue considerada como un suicidio. Hay quien afirma que éste, con la forma en que escogió morir, quiso recrear su cuento favorito, el de la Bella Durmiente. Pero también se apunta que no es posible descartar la hipótesis de un asesinato, ya que Turing, por su homosexualidad, habría sido considerado por la Inteligencia británica como un riesgo potencial para la seguridad nacional.
Anécdota para maqueros: aunque Apple nunca lo ha confirmado, extraoficialmente se da por cierto que el logo de dicha firma, una manzana a la que le falta un trozo ya mordido, es un homenaje póstumo a Turing.
3 Comments:
Me gusta tu blog. Felicidades y gracias por darnos lecturas interesantes.
By Anónimo, at 12:39 a. m.
Muchas gracias. Me anima mucho saber que hay gente que se interesa por las mismas cosas que yo.
By ilpirlo, at 6:36 p. m.
mikel, ¿de verdad te gustaron "los crímenes de Oxford"?
By JPV, at 5:44 p. m.
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